Dice Andrea que ser mujer en el país más feliz del globo es una completa mierda y para demostrarlo ha escrito un libro demoledor.
Lo tituló Piel de Mujer y plasmó en sus páginas doce historias que encarnan el dolor de cientos, miles de mujeres que intentan salir adelante mientras transitan por la vida con un fardo de miedo a sus espaldas, en una nación que es “Potencia Mundial en violencia de género”.
Andrea nos hablará de la odisea que es abortar en un país en donde esta práctica es ilegal y conlleva una pena de 1 a 8 años de prisión, más el dedo acusador de la sociedad.
Nos contará el drama de una mujer que tras años de ser molida a golpes por su marido emprende la huida del hogar, tan común para los varones, pero vetada para ellas.
En Piel de Mujer, conoceremos el calvario de Lore al intentar reconstruir su vida tras ser violada por el esposo de su mamá, a los 8 años de edad, en un motel capitalino.
El libro nos enseña sobre la violencia disimulada, pero más sobre la violencia expresa traducida en números: 20 mujeres asesinadas por sus maridos cada año y 8 que deben abortar cada día, metidas en un baño.
Sin maquillaje
Andrea Mora es periodista, y ahora escritora. Su hábil pluma traduce una docena de relatos en el retrato de la Costa Rica de la que no queremos hablar. Ella quiere que se nos atragante el desayuno y logra más que eso.
Se nos atraganta la realidad del país entero. Porque Andrea está cansada de que hablemos de los monos de Manuel Antonio y de las proezas de Keylor Navas.
Ella quiere hablarnos de lo que significa ser mujer en la “Suiza” de las Américas “donde nos violan desde niñas, nos discriminan sin cansancio y nos agreden tanto que terminamos viviendo bajo una clandestinidad oscurísima desde la que, le guste a quién le guste y cueste lo que cueste, nos hacemos posibles”.
Dice Andrea que ser mujer aquí es una completa y enorme mierda.
Pero en medio de tanta crudeza, sus historias también nos hablan de mujeres redentoras. De mujeres corajudas, resilentes en la adversidad.
Ellas nos enseñan cómo se las agencian para seguir buscando eso que llaman felicidad, en una tierra hecha a imagen y semejanza del varón.
Por eso, Piel de Mujer es lectura obligatoria, aunque se nos atragante el desayuno… o la realidad.
Tal vez el vómito nos salve la vida.
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