Tarde de sábado. Los tambores, liras y una gran variedad de instrumentos de viento rompen el silencio del barrio Las Mercedes, en el cantón de Aserrí.
Niños, niñas, jóvenes y algunas personas adultas se alistan para ensayar un amplio y alegre repertorio que cobrará vida bajo la atenta mirada y guía de la directora de la agrupación, Marianella Corrales.
La banda Las Mercedes se inició en el 2012 como un proyecto escolar. Sin embargo, la necesidad de contar con una opción recreativa para la juventud del cantón, los llevó a ampliar la participación a egresados y vecinos de comunidades aledañas.
La apuesta fue un acierto, y hace dos años la agrupación fue declarada de interés cultural, por el cantón de Aserrí.
“Acá en Mercedes no existe un parque o una zona de recreación y la banda ha servido para distraer a los jóvenes de todos los males que aquejan en este momento a la sociedad”, comenta Marianella.
Desarrollar el proyecto no ha estado exento de dificultades. A pesar de su importancia y el papel social que desempeña, la banda no cuenta con el respaldo o apoyo económico de ninguna institución.
Las necesidades del grupo se incrementaron cuando el grupo evolucionó de banda rítmica a la modalidad de “marching band”, la cual incorpora instrumentos de viento como flautas, saxofones, clarinetes y trombones; entre otros.
Para salir adelante han recurrido a rifas, ventas de comidas y de garaje, cuotas y préstamos de instrumentos. También se han visto favorecidos con premios obtenidos en concursos nacionales y ahí, poco a poco, van solventando sus requerimientos.
Lo que sí no les falta es entusiasmo. Comenzando por la mística y dedicación de Marianella, quien recién fue distinguida como la mejor directora latinoamericana por la Organización Internacional de Bandas, entidad a la que pertenecen.
También las muchachas de la Color Guard obtuvieron el primer lugar en la categoría de novatas.
En una tarde de sábado cualquiera, un grupo de jóvenes no sabe de limitaciones. Aman la música y marchan unidos. Todos, en busca de su sueño.
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