El presidente Donald Trump enfrenta un enemigo invisible: muchos de sus propios funcionarios de alto rango conforman una resistencia silenciosa para detenerlo.
Uno de ellos publicó, de forma anónima, una carta en el New York Times que ha causado revuelo.
El prestigioso diario aclaró que tomaron la inusual decisión de publicar una columna de opinión sin firma, pues era la única forma de proteger al funcionario de una inminente persecución y despido.
Primó también la convicción de darle a los ciudadanos estadounidenses, y a sus lectores, una perspectiva “importante”.
En la carta, la cual puede leerse de forma íntegra en este enlace, el denunciante afirma que son muchos los funcionarios de algo rango quienes trabajan desde adentro para poner freno a las “peores inclinaciones” del mandatario.
“(…) creemos que nuestro deber primordial es con este país, y el presidente sigue actuando de una manera que es perjudicial para el bienestar de nuestra república”, reza el artículo.
Según el remitente, la raíz del problema con Trump es su falta de moral y de cualquier principio básico para la toma de decisiones, y esto obliga a sus más cercanos colaboradores a intentar aislar los impulsos del mandatario, de sus caprichos.
“Las reuniones con él se descarrilan y se salen del tema, él se involucra en diatribas repetitivas y su impulsividad deriva en decisiones a medias, mal informadas y en ocasiones imprudentes, de las que posteriormente se tiene que retractar”, apunta el funcionario anónimo, cuya identidad es conocida por el NY Times.
Para los miembros de esta resistencia, la mayor preocupación no es lo que Trump ha hecho a la figura presidencial, sino lo que los estadounidenses, como nación, le han permitido hacer.
“Nos hemos hundido con él y hemos permitido que nuestro discurso fuera despojado de la civilidad”.
Reacción esperada
Trump explotó cuando supo de la publicación del NY Times y despotricó en contra del diario en Twitter, su plataforma preferida.
«¿Existe realmente el llamado ‘funcionario de la administración superior’ o es sólo el fracasado New York Times con otra fuente falsa?”, tuiteó, mientras calificaba “cobarde” al autor de la carta.
En caso de existir, pidió al periódico entregar su nombre, e invocó motivos de seguridad nacional.
Pero la publicación en el Times no es la única fuente que pone en entredicho la estabilidad del presidente y su capacidad para gobernar.
Bob Woodward, célebre reportero del Washington Post trae nuevas complicaciones para el presidente Trump con las revelaciones contenidas en su libro «Fear: Trump in the White House» (Miedo: Trump en la Casa Blanca).
Como referencia, Woodward destapó el escándalo Watergate, el cual culminó con la renuncia del presidente Richard Nixon, en 1974.
A partir de entrevistas grabadas con altos funcionarios de la Casa Blanca, el reportero dibuja el retrato de un presidente errático, desinformado e impulsivo, con el conocimiento y conducta de un niño en edad escolar.
Woodward reafirma lo publicado por el periodista Michael Wolff en su libro «Fuego y furia: dentro de la Casa Blanca de Trump».
Los adjetivos usados por funcionarios para describir al mandatario van desde narcisista y mentiroso, hasta el de un idiota capaz de decir cualquier cosa sin medir las consecuencias de sus actos.
Esta visión caótica de la Casa Blanca de Trump es consistente con las versiones de exempleados y las investigaciones de diversos medios de comunicación estadounidenses, aunque para el presidente, todo lo que se diga en su contra, no son más que falsas noticias.
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