Al menos un millar de cuerpos sepultados en el Cementario Calvo podrían emerger de la tierra si la Municipalidad de San José echa a andar el proyecto de construcción de un centro de desarrollo tecnológico y de capacitación que abarcaría 16.710 metros cuadrados del camposanto.

Así lo denuncia el biólogo y catedrático universitario Freddy Pacheco León, quien lleva años combatiendo la intención del alcalde Johnny Araya, de utilizar esa parte del cementerio con propósitos distintos para los que fue creado.

“El cementerio de los pobres. El de los que no tienen ni donde caer muertos. El de los sin voz, por caprichos del alcalde (Araya) podría pasar a formar parte de los actos más vergonzosos de la historia nacional”, advierte Pacheco.

El denunciante ha sonado aún más fuerte las señales de alarma dado que el pasado 21 de agosto 31 diputados aprobaron un cambio en el uso público del terreno. Con ese aval, la Municipalidad de San José estaría más cerca de lograr su cometido.

Ese requisito impidió en el 2011 que Johnny Araya concretara el plan de construcción de una villa olímpica en el lugar, pues el proyecto chocó con un voto de la Sala Constitucional que impedía variar el uso público del terreno.

La Sala revocó el permiso de segregación aprobado por el Consejo Municipal y la inscripción en el Registro Público como un terreno independiente.

En aquel entonces, Araya negaba que el terreno fuera parte del cementerio Calvo, e insistía en que “ahí no hay cadáveres”.

“No es el cementerio Calvo, es un terreno que está aledaño a él. La Sala Constitucional nos indicó que el mecanismo para desafectarlo es precisamente el que estamos utilizando por medio de una ley”, declaró el alcalde josefino al medio digital Crhoy.

Pacheco León insiste en lo contrario.

“Lo que Johnny Araya llama irrespetuosamente ‘lote baldío’, es parte integral del camposanto que desde la segunda mitad del siglo XIX ha sido lugar de entierro de miles de personas, incluyendo a héroes de la Campaña Nacional”.

El biólogo también denuncia una maniobra para ocultar a los diputados la verdadera naturaleza del proyecto, pues el texto aprobado omite referirse al cementerio Calvo y solo se habla de un “terreno municipal”, lo cual habría inducido a engaño a muchos de los legisladores.

“El hecho de haber ordenado hace unos once o doce años, no enterrar a nadie más en esa parte, ni le cambia su carácter y función de cementerio, ni hace desaparecer los restos de los difuntos allí descansando. Ello, aunque se hayan sacado cruces, lápidas, floreros, y cualquier estructura de cemento, por orden del alcalde irrespetuoso”, reclama Pacheco.

Como medidas de combate, el biólogo solicita que el presidente de la República, Luis Guillermo Solís, vete el proyecto, considerado por él como inconstitucional por infringir planes reguladores y además incumplir con los permisos del Ministerio de Salud requeridos para los procesos de exhumaciones.

El cementerio Calvo fue bautizado en honor del padre Francisco Calvo, Capellán del Ejército al mando de don Juan Rafael Mora. Se le conoce como el “cementerio de los pobres” por su función de procurar un entierro digno para los desposeídos.

La otra noticia entrevistó a Freddy Pacheco León en el cementerio Calvo.