Joaquín Corrales Sáenz escribe poesía desde hace más de 40 años, pero la posibilidad de publicar su primer poemario recién se hizo realidad, y de una manera insospechada.
A Joaquín le nace escribir. Lo hace porque considera que la literatura y el arte son todo en su vida, y por eso publicar o no un libro jamás fue una condición.

Con la llegada de Facebook se abrió una ventana por donde suele asomarse con sus versos, y fue así como recibió una petición inesperada de parte de una mujer suiza, miembro de la Orquesta Sinfónica de Lucerna, y de nombre Madeleine Rebman.
La señora Rebman era asidua lectora de las poesías que Joaquín publicaba en la red social y le preguntó si tenía algún texto poético terminado. Joaquín lo envió y a ella le gustó.
Acto seguido se ofreció a correr con los costos de la publicación en una editorial de Sevilla, España, y fue así como nació “Madeleine y los tres nocturnos de Ernest Bloch”, publicado el año pasado bajo el sello Pentian.
El nombre es en homenaje a su mecenas, la señora Madeleine Rebman, y el ligamen con Ernest Bloch, distinguido músico de nacionalidad suiza, también es evidente, dada la profesión y país de origen de su benefactora.
El libro se basa en el concepto del Nuevo Modernismo, que utiliza la rima, el ritmo, la musicalidad y la métrica, con temas variados como el amor sublime e ideal, esoterismo, poesía infantil, paisajes y relativos a los problemas que afectan a la humanidad.
Joaquín estudió música y artes plásticas y laboró en la docencia durante 30 años.
Actualmente, con 65 años de edad, disfruta de su retiro, época de su vida que ha dedicado a la pintura y más intensivamente a la poesía.
“Madeleine y los tres nocturnos de Ernest Bloch” se puede adquirir por la tienda virtual Amazon.com en versión de papel o formato electrónico (Kindle). En Costa Rica puede contactar a su autor mediante el correo joaquinbcs@hotmail.com.
A continuación uno de los poemas contenidos en el libro:
TARDO AMOR
Unos dicen que de amor sangran las formas
Que el cariño es seráfica atadura
Que la dicha ha de ser muy larga sombra
Y la ausencia un trayecto que perdura.
Nunca amando dediqué al llanto alondras
Ni predije un umbral para la gula
Ni me puse en las manos dos derrotas
Ni me vine de Toledo sin preguntas…
Ya no tengo lo que tuve de la prosa
Ni me queda sucesión en la abertura
Ni me aguardan en la tarde lerdas coplas
Ni me sudan en las manos esculturas.
Hoy me llegan los recuerdos como joyas
Y me dejan en el cráneo mil locuras,
Hoy me gritan en el tiempo las derrotas
Hoy no llenan las sopranos partituras.
A su causa el amor se guarda en obra
Y por mal el cariño se derrumba
Nadie puede sin apego ser persona
El afecto no es pretexto: es pregunta.
Yo te amé donde el sueño se desploma
Donde danzan las castálidas desnudas
Donde duermen los poetas y las diosas
Donde yacen las “haditas” moribundas.
Pero allí no hubo luz para la aurora
Y no vino el ángel blanco que nos cura
No llegaron las parteras de la historia
Ni el Quijote con su yelmo y armadura.
¿Qué es de mí? ¿Quién me llora?
¿Quién amando amará mi esencia pura?
¿Quién vendrá a los sueños que me forjan?
¿Quién extraña de mis labios la ternura?
Yo no sé si los días tienen horas
Si la noche se abandona a la lujuria
Solo sé que el amor vino en la historia
Y de cierto en los versos de Neruda
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