Para miles de ciudadanos costarricenses este 1 de mayo, el Día del Trabajador, no hay mucho, o quizás nada que celebrar.
Según han documentado los últimos informes del Programa Estado de la Nación (PEN), el país sigue sin poder generar suficientes fuentes de empleo, y a muchos de quienes gozan de uno, se les niega parte o todas las garantías laborales a las que por ley, tienen derecho.
De acuerdo a datos que emanan del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) Solo un 39% de los trabajadores asalariados goza de beneficios exigidos como aguinaldo, vacaciones pagas, seguro de riesgos del trabajo, pago de horas extra y seguro social, mientras que el 18% no disfruta de ningún beneficio y un 43% los recibe de forma parcial.
El seguro de riesgos del trabajo y el pago de horas extras son dos de las garantías que presentan un mayor porcentaje de incumplimiento, pues afecta a más de la mitad de los trabajadores.
En cuanto a los niveles de desempleo -según detalla el análisis el PEN- “la capacidad del mercado para crear puestos de trabajo es inferior a la cantidad de personas que ingresan a la fuerza laboral” y el declive en la tasa de desempleo, que ya supera el 9%, se viene acrecentando desde inicios de 2014.

Pocos favorecidos
Preocupa que las actividades que más aportan al crecimiento económico, como las científicas y técnicas, generan muy pocos puestos de trabajo y más bien, según muestran los estudios, el fenómeno que se da es a la inversa: mientras la producción crece, el empleo decrece.
En el último Informe Estado de la Nación se revela cómo las nuevas opciones laborales se concentran en un segmento reducido de la población, que posee la educación y competencias que demanda el mercado, mientras un sector más amplio de trabajadores no calificados se ha quedado al margen de estas oportunidades.
No se vislumbra una solución a corto plazo para atacar el problema del desempleo, pues para volver a articular la producción con la demanda de puestos de trabajo, se requiere la elaboración de una política pública de empleo, hasta ahora inexistente, y procurar elevar la calificación educativa y técnica de la oferta laboral.
“Esto no solo permitiría mejorar los ingresos de los ocupados, sino que además reduciría la brecha de productividad entre los sectores más dinámicos y los tradicionales, y fortalecería la capacidad de innovación de las empresas domésticas”, señala el PEN en un comunicado difundido con miras a generar discusión en los días previos a la conmemoración de las luchas y reivindicaciones alcanzadas por los movimientos de trabajadores en todo el mundo.
*Esta nota fue actualizada el 28 de abril para incluir al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos como fuente primaria de los datos, que posteriormente son analizados por el PEN.
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