Esta semana Pepsi lanzó un comercial con la intención de proyectar un mensaje global de unidad, paz y entendimiento, y vez de eso recibió una andanada de furibundas crítica y burlas de parte de consumidores, activistas, agencias de publicidad, revistas y celebridades.
El escarnio público fue de tal magnitud que obligó a la marca a retirarlo un día después de lanzarlo en plataformas digitales y desechar de inmediato el plan de programarlo globalmente por la televisión y redes sociales.
El aviso publicitario pretendía asociar a Pepsi con movimientos sociales de protesta como Black Lives Matter y en su más polémica escena muestra a la joven supermodelo y estrella televisiva Kendall Jenner, cuando entrega una lata de esta gaseosa a un policía antidisturbios, lo cual provoca una sonrisa en él y una explosión de júbilo entre los manifestantes.
La percepción general fue de que Pepsi intentaba aprovecharse de estos movimientos sociales para obtener beneficios comerciales.
“No es la primera vez que un equipo de mercadeo ha utilizado la angustia social para vender agua azucarada” publicó la revista Esquire.
Una reacción de gran peso en la opinión pública fue la de Bernice A. King, hija de Martin Luther King Jr., quien escribió en su cuenta de Twitter: «Si tan sólo papá hubiera sabido del poder de #Pepsi».
Diversos analistas opinan que el fallo publicitario afectará sin duda la marca y posiblemente hasta sus ventas, pero no se sabe aún con certeza ni la duración del efecto, ni los verdaderos alcances del error.
La pregunta que ronda en el ambiente publicitario es cuánto tiempo le dolerá a Pepsi y qué hará para recuperarse.
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